Influencia de Pekín sobre Medios Globales Informe
Desde 2019, han venido aumentando las tentativas del gobierno chino por influir en los medios de la mayoría de los 30 países estudiados, aunque el contraataque democrático suele frenar el impacto.
Hallazgos Clave
El gobierno chino ha profundizado su huella en los medios a nivel global. La intensidad del esfuerzo de Pekín por incidir sobre los medios fue calificada como Alta o Muy Alta en 16 de los 30 países analizados en este estudio, cuyo periodo de cubrimiento va de enero de 2019 a diciembre de 2021. En 18 de estos países, los intentos del régimen chino aumentaron en el curso de esos tres años.
El Partido Comunista Chino (PCC) y sus representantes vienen empleando tácticas cada vez más elaboradas y coactivas para desarrollar discursos mediáticos y reprimir informes negativos. A partir de 2019, dentro de las tácticas más ampliamente utilizadas se cuentan la difusión masiva de contenidos respaldados por China en los principales medios de comunicación, el acoso y la intimidación a los canales de comunicación que publican noticias u opiniones contrarias al gobierno chino y el ciberacoso, las cuentas falsas en redes sociales y las campañas de desinformación dirigidas.
El éxito de los intentos de Pekín se suele ver contrarrestado por los medios independientes, los activistas de la sociedad civil y la legislación nacional que protege la libertad de prensa. Tanto periodistas como académicos y grupos de la sociedad civil de los 30 países respondieron ante las campañas de injerencia de manera tal que aumentó la transparencia, se garantizó la diversidad del contenido y se incrementó el conocimiento local sobre China. La legislación que rige la libertad de información o la propiedad de los medios con la que cuentan gran parte de las democracias contribuyó a garantizar la transparencia y blindar los ecosistemas mediáticos contra la influencia del PCC.
Las respuestas gubernamentales inadecuadas hacen vulnerables a los países o exacerban el problema. La limitación de la libertad de prensa y los vacíos regulatorios de los medios han debilitado la resiliencia democrática y abierto más oportunidades para la injerencia del PCC sobre los medios de comunicación. En 23 países, algunos líderes políticos lanzaron ataques contra medios locales o explotaron preocupaciones legítimas acerca de la incidencia del PCC que pretende imponer restricciones arbitrarias, atacar canales opositores o exacerbar el sentimiento xenofóbico.
La capacidad de las democracias para contrarrestar la influencia mediática del PCC es alarmantemente dispar. Apenas la mitad de los países analizados en este estudio alcanzaron la calificación de Resilientes, mientras que los países restantes fueron calificados como Vulnerables. Aunque Taiwán tuvo que soportar los intentos más intensos de injerencia por parte del PCC, fue el país que calificó con respuestas más sólidas, seguido en ambos aspectos por Estados Unidos. Nigeria fue calificado como el más vulnerable a las campañas de injerencia de Pekín.
La resiliencia democrática a largo plazo exige una respuesta coordinada. Los gobiernos, los canales de comunicación, la sociedad civil y las empresas de tecnología deben desempeñar un papel importante para fortalecer la resiliencia democrática de cara a campañas de injerencia cada vez más agresivas por parte del PCC. El desarrollo de un mayor conocimiento independiente y local acerca de China, el apoyo del periodismo investigativo, el fortalecimiento de la transparencia en cuanto a la propiedad de los medios y el origen de las campañas de desinformación, además del apoyo de la libertad de prensa, son componentes esenciales para lograr una respuesta estratégica eficaz. Los gobiernos deberían resistir los duros embates que limitan el acceso a la información o que de otra forma violan los derechos humanos y por el contrario asociarse con la sociedad civil y los medios para garantizar que todas las respuestas legislativas y políticas fortalezcan las instituciones democráticas en lugar de debilitarlas.
Influencia de Pekín en los Medios Globales
Expansión Autoritaria y Poder de Resiliencia Democrática
“Donde estuvieren los lectores, donde estuvieren los espectadores, es allí donde la propaganda debería extender sus tentáculos.” —Xi Jinping, 2016
“Aunque pueden ser sutiles, algunos de estos trucos están encaminados a obligarnos a ser benévolos con ellos [actores chinos con nexos con el gobierno]. En cuanto a detenernos, no pueden impedirme escribir.”
—Periodista ghanés que optó por mantener su anonimato, 2021
El gobierno chino, liderado por el Presidente Xi Jinping, está estimulando una campaña masiva para influir en los canales de comunicación y en los consumidores de noticias de todo el mundo. Si bien algunos aspectos de este intento utilizan herramientas diplomáticas tradicionales, muchos otros son encubiertos, coactivos y potencialmente corruptos. Aunque un número creciente de países ha mostrado una considerable resistencia en los últimos años, la táctica de Pekín es cada vez más elaborada, agresiva y difícil de detectar.
La inversión del régimen ya ha logrado algunos resultados al establecer nuevas rutas mediante las cuales el contenido de los medios estatales chinos puede acceder a grandes audiencias, incentivar la autocensura en temas desaprobados por el Partido Comunista Chino (PCC) y lograr que tanto funcionarios púbicos como propietarios de medios de algunos países colaboren con la divulgación de discursos propagandísticos o la represión de cubrimientos negativos. Además, las acciones de Pekín tienen implicaciones a largo plazo, especialmente a medida que gana influencia en puntos clave de la infraestructura informativa en varios frentes. No se puede desestimar el posible impacto de estos acontecimientos hacia el futuro.
Además, la experiencia de países como Taiwán, Estados Unidos, Reino Unido y Australia apuntan a un giro reciente hacia el uso de tácticas más agresivas, combativas o subrepticias, puesto que las tentativas de injerencia más blandas no han logrado los resultados esperados. Esta tendencia posiblemente se extienda a otros países en los próximos años. Más países—y sus investigadores, periodistas y actores políticos—podrían verse abocados a un incremento de la intimidación diplomática, el ciberacoso y la manipulación por parte de influencers de redes sociales contratados y a campañas de desinformación dirigidas, diseñadas para sembrar confusión acerca del PCC y sus propias sociedades. El régimen chino y sus representantes han demostrado que no tienen ningún reparo en ejercer presión económica encaminada a neutralizar y reprimir cubrimientos desfavorables. A medida que los gobiernos y propietarios de medios afrontan más problemas financieros, aumenta la probabilidad de que Pekín incremente la presión económica, de manera implícita o explícita, con el objeto de mitigar el debate y los informes desfavorables—no solamente acerca de temas internos o geopolíticos de China, sino en lo que se refiere a su vinculación bilateral con otros países.
Las democracias no están indefensas frente a los intentos de injerencia del PCC. En muchos países, tanto los periodistas como la sociedad civil, han marcado el camino, garantizando la diversidad del cubrimiento, la exposición de comportamientos coactivos y las campañas de desinformación, e inculcando tanto la vigilancia como la resiliencia en las nuevas generaciones de quienes trabajan en los medios, investigadores y consumidores de noticias. Entretanto, algunos gobiernos democráticos buscan iniciativas encaminadas a aumentar la transparencia, mejorar la coordinación entre entidades relevantes, castigar actos coactivos por parte de funcionarios extranjeros y estimular el debate público sobre la necesidad de contar con salvaguardas en medio del creciente comercio e inversión de China. Estas medidas pretenden abordar la intrusión de Pekín y al mismo tiempo fortalecer las instituciones democráticas y proteger a los medios independientes contra otras amenazas internas e internacionales. Es posible que estas medidas requieran una considerable voluntad política—además de la reversión de la presión interna que se está ejerciendo en muchos países sobre la libertad de los medios. Pero permitir la expansión descontrolada de la campaña autoritaria de injerencia en los medios por parte del PCC significaría pagar un precio muy alto por la libertad de expresión, el acceso a información no censurada sobre de China y la gobernanza democrática en general.
Para realizar este informe, Freedom House analizó la incidencia de Pekín sobre los medios en 30 países, de los cuales todos recibieron una calificación de Libre o Parcialmente Libre en el informe Freedom in the World, (Libertad en el Mundo) que cubría el periodo 2019–21. De este grupo, 18 países encontraron una expansión del intento por influir en los medios. En 16 de los 30, se encontró que la intensidad de los esfuerzos del PCC era Alta o Muy Alta, mientras 10 países tenían un nivel Notable y solamente 4 países mostraban un nivel Bajo. Simultáneamente, la totalidad de los 30 países mostraron al menos un incidente de resistencia activa por parte de políticos, canales de noticias, grupos cívicos o usuarios de redes sociales que redujeron el impacto de las actividades de Pekín. De hecho, sobre la base de los datos disponibles, desde 2018 la opinión pública respecto de China o del gobierno chino ha venido decayendo en la mayoría de los países. Esta dinámica del notable incremento de la oferta de inversión por parte del PCC que ofrece retornos comparativamente modestos—e incluso estimula una respuesta democrática más activa—constituye uno de los hallazgos clave de estudio.
No obstante, cuando se tiene en cuenta la constelación de tácticas para incidir en los medios, los esfuerzos de respuesta y las responsabilidades internas—inclusive los duros golpes contra medios independientes y los vacíos de protección jurídica de la libertad de prensa—, la resiliencia de muchos países objetivo parece ser más frágil. Entre los 30 países evaluados mediante la nueva metodología de Freedom House, se encontró que solamente la mitad de ellos eran resilientes a la incidencia de Pekín en los medios y que la otra mitad eran vulnerables. Este análisis advierte sobre el riesgo de complacencia, inclusive cuando muchas de las campañas del PCC han venido tambaleando.
Hasta la fecha, este informe ofrece la evaluación más exhaustiva sobre la injerencia de Pekín en los medios globales y la forma en que las democracias están respondiendo. Valiéndose de investigaciones de medios, entrevistas, publicaciones académicas, fuentes del gobierno chino e investigaciones en el terreno por parte de analistas locales, el informe cubre los desarrollos de 30 países durante el período comprendido entre enero de 2019 y diciembre de 2021. Actualiza y amplía dos estudios previos de Freedom House publicados en 2013 1 y 2020, 2 y en gran parte se centra en las democracias con el fin de explicar más profundamente el despliegue y recibo de tácticas de injerencia en países que cuentan con una protección institucional de la libertad de medios relativamente fuerte. Finalmente, el informe ofrece recomendaciones para los gobiernos, el sector de los medios, las empresas tecnológicas y los grupos de la sociedad civil sobre la forma de reforzar su defensa democrática contra la interferencia del PCC.
Metas y discursos de la campaña de influencia de Pekín
A comienzos del periodo de cubrimiento de este informe, es decir en enero de 2019, los líderes del PCC parecían tener una posición fuerte, tanto a nivel interno como internacional. Xi Jinping había reformado con éxito la constitución con el fin de eliminar los límites de su presidencia y el partido era la segunda economía más grande del mundo, contaba con un ambiente informativo interno altamente controlado y gozaba de un creciente engranaje para ejercer influencia sobre medios extranjeros. Sin embargo, a medida que avanzaban los tres años siguientes, la legitimidad del régimen sufrió una serie de reveses auto-infligidos y sin precedentes: la dura oposición de Hong Kong demostrada en las protestas pro-democráticas y a gran escala, el intento de encubrimiento del brote de la COVID-19 por parte de funcionarios de Wuhan y la respuesta draconiana del gobierno central ante la pandemia, la consiguiente contracción económica y su mal manejo, y la avalancha de informes convincentes relacionados con la brutalidad ejercida contra las minorías étnicas de Xinjiang por parte de las autoridades.
Los medios estatales, los diplomáticos y demás entidades exteriores de China tienen la tarea de abordar el desafío de la reputación del país, ampliar la influencia global de Pekín, garantizar la apertura hacia la inversión china y limitar cualquier discurso o acción internacional que se perciba como una amenaza contra el control del poder por parte del PCC. Sus responsabilidades incluyen tanto la promoción de discursos favorables—acerca de China, su régimen o sus prioridades de política extranjera— como la de ser más agresivos para tratar de marginalizar, desacreditar o acallar cualquier voz contra el PCC, los comentarios políticos incisivos o los artículos que presenten al gobierno chino y a sus líderes bajo una luz negativa.
Con el fin de lograr las metas del régimen, los diplomáticos chinos y los canales de comunicación estatales han invertido recursos considerables para promulgar discursos específicos. Las audiencias objetivo incluyen consumidores de noticias extranjeros, expatriados chinos o comunidades de la diáspora y observadores que vuelven a China. En muchos países, la propaganda estatal china incluye un paquete estándar de mensajes que exhiben las proezas económicas y tecnológicas alcanzadas por China, celebran aniversarios clave o reiteran las ventajas de las relaciones bilaterales cercanas y resaltan elementos atractivos de la cultura china. Durante la pandemia, se ha aplaudido la asistencia médica ofrecida por Pekín—como el suministro de mascarillas, equipo de protección y vacunas fabricadas en China. Muchos de estos temas recurrentes se ven aumentados por detalles personalizados que pretenden resonar dentro de la audiencia local y se transmiten en una amplia gama de idiomas. Los medios estatales chinos han apalancado numerosos canales y cuentas de redes sociales que producen contenidos en idiomas nacionales o regionales como suahili, cingalés y rumano. En los 30 países en estudio, actores vinculados con el PCC publicaron contenido en el principal idioma local y en algunos casos en más de un idioma.
Sin embargo, el análisis del contenido de los medios estatales adelantado por este estudio en toda la muestra de países desde 2019 también identificó tipos de mensajería aún más problemáticos. En todos los países, los diplomáticos chinos y los canales estatales de comunicación abiertamente divulgan falsedades o contenido engañoso dentro de los consumidores de noticias—acerca de temas como el origen de la COVID-19, la eficacia de ciertas vacunas y las manifestaciones en pro de la democracia que se llevaron a cabo en Hong Kong—en el aparente intento por confundir a la audiencia extranjera y desviar las críticas. Además, existió un empeño concertado por blanquear y negar las atrocidades contra los derechos humanos y las violaciones a la legislación internacional que se cometieron contra miembros de minorías étnicas y religiosas en Xinjiang. Por último, los actores afiliados al estado chino enviaron mensajes estridentes contra Estados Unidos y Occidente con el fin de acallar la preocupación por actividades ligadas al estado chino, inclusive relacionadas con proyectos de inversión, créditos opacos o expansionismo militar, atribuyendo dichas preocupaciones a la “mentalidad de Guerra Fría” o el intento equivocado de “contener a China”, dirigido por EEUU
El rango completo de tácticas que se están desplegando va mucho más allá de simples mensajes de propaganda. Tiene que ver con un empeño deliberado por ocultar la fuente del contenido proclive a Pekín y censurar los puntos de vista desfavorables. Al menos en algunos países, las actividades desarrolladas por actores ligados al PCC parecían estar dirigidos a ejercer mayor influencia sobre los nodos clave de la infraestructura de medios, minando la integridad electoral y la cohesión social, o exportando enfoques autoritarios sobre el periodismo y el control de la información.
Expansión de tácticas autoritarias para influir en los medios
El PCC y sus representantes utilizan una serie de tácticas para influir sobre los medios, como propaganda, campañas de desinformación, censura e intimidación, control sobre la infraestructura de distribución de contenido, cursos de capacitación para empleados y funcionarios de los medios, y cooptación de medios que atienden a la población de la diáspora china. Las 30 descripciones a fondo de cada país, adjuntas a este estudio, analizan las actividades de Pekín en cada una de las seis categorías siguientes e ilustran los métodos de injerencia que utilizan varios actores ligados al PCC en todo el mundo en diferentes combinaciones.
Si bien la mezcla precisa de tácticas varía de un país a otro, desde la perspectiva global se revelan varias tendencias dignas de mención:
Si bien la mezcla precisa de tácticas varía de un país a otro, desde la perspectiva global se revelan varias tendencias dignas de mención:
- Contenido respaldado por Pekín en los principales medios: La ruta más significativa para alcanzar grandes audiencias es la realización de acuerdos y demás pactos entre los principales medios locales y los medios estatales chinos. Esta práctica permite inyectar material producido por el estado chino o favorable a Pekín en canales impresos, cadenas de televisión, emisoras radiales y canales virtuales que lleguen a más consumidores de noticias y generen mayor confianza de la que pueden generar los canales estatales si actuaran solos. El etiquetado del contenido casi nunca informa claramente a los lectores y espectadores sobre la procedencia estatal china. Se encontraron ejemplos de inclusión de estos contenidos por parte de entidades respaldadas por Pekín en más de 130 canales de comunicación en 30 países, donde alcanzan audiencias masivas. Por ejemplo, la embajada china ha publicado publirreportajes en Hindu, un periódico publicado en inglés, cuyos lectores diarios se calculan en seis millones de personas. 3 Además del contenido insertado, se observaron coproducciones en 12 países, donde China ofrecía apoyo técnico o recursos para que los medios de sus socios informaran sobre China, a cambio de un cierto nivel de control editorial sobre el producto terminado. En nueve países—entre ellos Rumania y Kenia—también se ofrecían compensaciones monetarias o regalos, como dispositivos electrónicos, por la publicación de artículos en pro de Pekín escritos por periodistas o comentaristas locales. Un buen número de entidades con base en China y vinculadas al PCC—desde emblemáticos canales noticiosos del estado, como la Agencia de Noticias Xinhua, cuya línea editorial está fuertemente controlada por el partido, hasta gobiernos provinciales y empresas con estrechos nexos con el PCC, como Huawei—están promocionando agresivamente tales asociaciones. En 16 de los 30 países evaluados desde 2019, se han firmado o actualizado nuevos acuerdos. (Ler más sobre esta tendencia (Ingles)
- Incremento de tácticas coactivas: De una forma u otra, se ha registrado un aumento de actividades más agresivas, como la intimidación dirigida a reporteros, el ciberacoso y el ciberataque contra canales de noticias desfavorables a partir de 2019, llegando a 24 de los 30 países en estudio. En la mitad de los países analizados, los diplomáticos chinos y demás representantes del gobierno emprendieron acciones para intimidar, acosar o ejercer presión sobre periodistas, editores o comentaristas en respuesta a sus cubrimientos, en ocasiones exigiendo retractaciones o la eliminación del contenido desfavorable. Por lo general, estas exigencias van acompañadas de amenazas implícitas o explícitas de afectar las relaciones bilaterales, retirar la publicidad, interponer demandas por difamación u otras repercusiones judiciales en caso de que el canal, el periodista o el comentarista no las cumpla. En agosto de 2021, la embajada china en Kuwait presionó al Arab Times y logró que éste retirara de su página digital una entrevista con el ministro de relaciones exteriores de Taiwán después de haberla publicado en el periódico impreso. El artículo publicado digitalmente fue sustituido por una declaración de la embajada misma. 4 Las autoridades de Hong Kong y la empresa china de telecomunicaciones Huawei se han unido a funcionarios y diplomáticos chinos para solicitar censura o adoptar medidas de acoso judicial en países como Francia y el Reino Unido. En Israel, las autoridades de Hong Kong pidieron a una empresa de alojamiento de páginas web que cerrara una página pro democracia y advirtió que una negativa podría generar multas o cárcel para los empleados conforme a la Ley de Seguridad Nacional del territorio. 5 En 17 países, funcionarios locales, propietarios de medios y altos ejecutivos también intervinieron por iniciativa propia o por solicitud de la embajada china en la supresión de contenido noticioso desaprobado por Pekín. (Ler más sobre esta tendencia (Ingles)
- Actividades encubiertas y manipulación de plataformas globales de redes sociales: Las reconocidas plataformas internacionales, como Facebook y Twitter, son canales cada vez más importantes y de mayor visibilidad para la divulgación de contendidos por parte de diplomáticos y canales de comunicación estatales chinos. Además de las cuentas globales que han atraído a cientos de millones de seguidores, este estudio encontró cuentas específicas para los países manejadas por un diplomático o canal estatal en 28 de los 30 países analizados. Las cuentas afiliadas a China Radio International y los diplomáticos que genuinamente se comunicaban con usuarios locales aparentemente lograban buen arrastre, mientras otras cuentas manejadas por funcionarios o entidades chinos en gran parte eran ignoradas o provocaban burlas entre los usuarios. Estos resultados mixtos pueden explicar el giro hacia las tácticas emergentes de manipulación encubierta, como la compra de seguidores falsos. En la mitad de los países analizados se encontraron ejércitos enteros de cuentas falsas que amplificaban artificialmente las publicaciones colgadas por diplomáticos. En Taiwán, Estados Unidos y el Reino Unido se registraron iniciativas similares, como pagar o capacitar influencers no afiliados con el objeto de promocionar contenido pro Pekín entre sus seguidores, sin revelar sus lazos con el PCC. En nueve países, hubo al menos una campaña de desinformación dirigida que utilizaba redes de cuentas falsas para divulgar falsedades o crear confusión. Varias de estas campañas no solo reflejaban tentativas de manipular las noticias y la información sobre violación de los derechos humanos en China y las prioridades de política exterior de Pekín, sino una desconcertante tendencia a intervenir en la política interna del país objetivo. (Ler más sobre esta tendencia (Ingles)
Pekín ejerce gran influencia sobre el contenido que consumen los chinohablantes en gran parte del mundo, puesto que el PCC considera que la potencial desaprobación política entre los miembros de la diáspora china global constituye una amenaza clave para la seguridad del régimen. En 21 de los 30 países evaluados, los medios de propiedad del estado o partidarios de Pekín desempeñaban un papel importante en lo que se refiere a moldear el contenido noticioso a disposición de los chinohablantes, especialmente a través de la popular red social WeChat. Los canales noticiosos dirigidos a la diáspora china o los políticos que desean publicar posts dirigidos a los chinohablantes que viven fuera de China por medio de la función “cuenta oficial” de la plataforma están sujetos a la misma censura politizada que se aplica a las cuentas dentro de China, lo que obliga a los administradores a seleccionar el contenido compartido. 6
Varias de las rutas de intromisión potencialmente importantes—como la adquisición de intereses en canales noticiosos extranjeros y la exportación de tecnologías de censura para gobiernos extranjeros—todavía no han sido plenamente explotadas por Pekín. No obstante, estas dos actividades sí ocurrieron en la muestra del estudio y en el futuro podrían verse con más frecuencia. Además, en muchos países, las empresas afincadas en China, con fuertes vínculos con el PCC, han ganado terreno en sectores clave relacionados con la distribución de contenido, inclusive en redes sociales y agregación de noticias (Tencent y ByteDance), televisión digital (StarTimes) y dispositivos móviles e infraestructura de telecomunicaciones (Xiaomi y Huawei). 7 Aunque todavía no ha ocurrido una manipulación sistemática de los flujos de información de manera política y socialmente significativa, en varios países se han documentado incidentes o evidencias ocasionales de esta capacidad latente. 8
Fortalezas de la respuesta democrática
Durante los tres años cubiertos por el presente informe proliferaron evidencias de contrataque democrático contra la tentativa de intromisión por parte de Pekín. En todos los países estudiados, tanto periodistas como comentaristas, grupos cívicos, legisladores, empresas de tecnología y políticos han tomado medidas encaminadas a reducir el impacto de las actividades del PCC. En gran parte de los países, los medios locales y la sociedad civil han estado a la vanguardia de la respuesta.
Son muchos los periodistas que se han dedicado al periodismo investigativo sobre proyectos o inversiones vinculados a China en sus respectivos países, han expuesto la corrupción, las violaciones a los derechos laborales, el daño ambiental y otras afectaciones. En 28 de los 30 países, los canales locales de comunicación cubrieron específicamente la intromisión política y mediática del PCC. Por ejemplo, en Israel, una investigación de medios desenmascaró la financiación por parte del estado chino para la coproducción de contenido conjuntamente con la emisora pública israelí, 9 un canal de noticias de Malasia delineó la introducción de información falsa acerca de las protestas de Hong Kong en el ecosistema local de medios en idioma chino 10 y un canal italiano divulgó el cubrimiento desproporcionado de la ayuda china para combatir la COVID-19 en canales locales de televisión que también compartían contenido con canales de comunicación chinos de propiedad del estado. 11 Estos reportajes suelen concientizar al público e incitarlo a actuar contra las tácticas encubiertas o corruptas de intromisión. Por lo menos en 10 países, los canales de comunicación descontinuaron acuerdos para compartir contenido u otras asociaciones con los medios estatales chinos. En 27 países, inclusive los canales que continuaron publicando contenido estatal chino, también publicaron noticias más críticas o desfavorables sobre las políticas del gobierno chino en ese país o en el país en estudio, lo cual en general daba al lector una visión relativamente equilibrada y diversa. A pesar de la fuerte influencia del PCC sobre los medios de la diáspora china, algunas fuentes alternativas de información han ganado terreno entre la audiencia chino-parlante en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Brasil, Indonesia y Malasia, y además ofrecen acceso virtual a los chinohablantes del mundo a noticias y análisis independientes.
Una de las vulnerabilidades más comunes identificada tanto por analistas como por entrevistados que fueron consultados para este estudio es el bajo nivel de conocimiento independiente sobre China que se observa en los medios locales, especialmente en lo que se refiere a la política interna china y la influencia extranjera del PCC. Para el cubrimiento de China, muchos canales llenaron este vacío y divulgaron una buena cantidad de reportajes críticos entre los consumidores de noticias mediante el uso eficaz y ampliamente difundido de servicios independientes de noticias internacionales. Entretanto, las iniciativas de la sociedad civil están desarrollando un nuevo grupo de periodistas e investigadores que aporten una perspectiva local acerca de las relaciones bilaterales, monitoreen tentativas problemáticas de incidencia del PCC y compartan mejores prácticas para la divulgación de noticias relacionadas con China. Dentro de estas iniciativas se cuentan plataformas digitales de noticias dedicadas a cubrir las relaciones de China con América Latina y programas de capacitación para periodistas en Nigeria, Kenia y Túnez sobre la manera correcta de cubrir proyectos chinos de inversión. En Indonesia, Australia, Reino Unido, Polonia, Argentina y Rumania, a partir de centros de pensamiento han surgido nuevas corrientes de trabajo sobre la intromisión del PCC. En muchos países se han unido comunidades locales de disidentes chinos, hongkoneses, exiliados tibetanos y de Uigur, y practicantes de Falun Gong, quienes han luchado por exponer incidentes de injerencia en los medios, de censura a plataformas de redes sociales chinas como WeChat y de actos de represión transnacional por parte del PCC y funcionarios diplomáticos.
Los países con una fuerte tradición de libertad de prensa y que cuentan con redes de organizaciones dedicadas a defender sus principios tienden a montar una respuesta más sólida ante los intentos de injerencia por parte del gobierno chino. En 10 de los países estudiados, grupos locales defensores de la libertad de prensa y la amplia comunidad de periodistas se movilizaron como muestra de solidaridad para condenar incidentes en los que funcionarios del gobierno chino o empresas afiliadas a él utilizaron medidas de intimidación y coacción. En Kenia, el Consejo de Medios, un cuerpo auto-regulador de canales de noticias, reprendió a la radiodifusora pública por emitir propaganda estatal china sin etiqueta. 12 La sociedad civil taiwanesa ha estado muy activa en lo que se refiere a crear conciencia dentro del público acerca de la influencia del PCC sobre los medios locales y ha tomado medidas, como manifestaciones masivas, cabildeo, capacitación periodística, investigación de la desinformación y programas de educación en medios.
En las democracias, el sector privado también desempeña un papel importante. En los últimos tres años, las plataformas de redes sociales más populares a nivel mundial, como Facebook, Twitter y YouTube, han mejorado el monitoreo y la capacidad de respuesta y en algunos casos detectan y retiran rápidamente las cuentas falsas que amplifican artificialmente el contenido chino de medios diplomáticos o estatales, divulgan información falsa acerca de presuntos enemigos del PCC o intentan confundir el argumentario público sobre la COVID-19, las tensiones sociales o las elecciones en países como Estados Unidos y Taiwán. Las plataformas introdujeron etiquetas para cuentas afiliadas al estado chino y, en algunos casos, advertencias para alertar al usuario sobre contenido sospechoso, aunque todavía existen muchos vacíos de implementación. En 16 de 30 países, los investigadores encontraron que las cuentas afiliadas al gobierno chino y las fuentes de noticias carecían de etiquetas relevantes en las principales plataformas de redes sociales.
Salvaguardas judiciales y deficiencias del liderazgo político
A medida que las tentativas de influencia por parte del PCC reciben mayor cubrimiento en los medios, las élites políticas de algunos países han comenzado a reconocer la amenaza potencial para los intereses nacionales y los valores democráticos. No obstante, las respuestas políticas coordinadas solamente se dieron en unos pocos lugares, normalmente en aquellos que enfrentan tentativas de injerencia más agresivas por parte de Pekín. La reacción más común fue la de aplicar leyes existentes para proteger la libertad de prensa o fortalecer el escrutinio de actividades de injerencia extranjera con el fin de apoyar la resiliencia democrática en casos relacionados con China. En algunos países, especialmente en aquellos donde la democracia ya era débil o estaba amenazada, los funcionarios del gobierno respondieron de forma dañina, por ejemplo, infringiendo la libertad de expresión, politizando los debates sobre políticas o alentando la discriminación contra miembros de la diáspora china. Estos casos subrayan la necesidad de que las democracias adopten reglas claras y cuidadosamente diseñadas para atender la influencia y la inversión extranjeras, con vigilancia independiente y enfatizando los mecanismos de transparencia en lugar de la criminalización y la censura.
Muchas democracias cuentan con leyes y normas que incluyen disposiciones de transparencia que pueden facilitar la detección de la incidencia del PCC. Algunos periodistas de varios países—como Reino Unido, Nigeria y Perú—utilizaron las leyes de libertad de información para revelar nuevos detalles sobre las inversiones y créditos del gobierno chino o el suministro de vacunas contra la COVID-19 fabricadas en China encaminados a corromper a funcionarios locales. 13 En 24 de los 30 países del estudio, existían normas que exigían un cierto nivel de informes públicos o transparencia sobre la identidad de los propietarios de los medios, el origen de sus ingresos y otros intereses comerciales. Más de dos terceras partes de los países en estudio tenían mecanismos de cribado y revisión de inversiones para establecer la participación de compañías extranjeras en la infraestructura de información digital. Y en Estados Unidos, a pesar de la vaguedad de la redacción y la inconsistencia en la aplicación de la Foreign Agents Registration Act (Ley de Registro de Agentes Extranjeros), la aplicación más estricta de la ley con respecto a canales de comunicación del estado chino mejoró la transparencia sobre la financiación de la colocación de contenido en los principales medios, tanto dentro como fuera del país. Aparentemente, lo anterior tuvo un efecto disuasivo positivo, puesto que los canales de comunicación trataron de evitar el riesgo reputacional de publicar propaganda del PCC. 14
En 28 de los 30 países se encontraron normas que rigen la propiedad extranjera de medios, en particular en el sector de radiodifusión, que establecían límites al monto de la participación extranjera y exigían notificación y aprobación regulatoria para vender dicha participación. Estas medidas explican en parte la falta de ejemplos de entes estatales chinos que tuvieran intereses de propiedad en canales extranjeros de comunicación.
Sin embargo, estos tipos de leyes y regulaciones también se pueden aplicar de manera que minen la libertad de expresión, particularmente cuando contienen disposiciones que penalizan el discurso, establecen mecanismos politizados de cumplimiento o imponen restricciones drásticas y vagamente definidas. En Filipinas y Mozambique, los líderes políticos han utilizado leyes o propuestas que rigen la propiedad extranjera o la divulgación de contenido, dirigidas a fuentes noticiosas independientes que conllevan críticas al gobierno. 15 En Polonia, el gobierno trató de justificar un intento por cambiar la propiedad estadounidense de una empresa privada de medios, citando la necesidad de proteger a los medios polacos contra el control de potencias extranjeras como China y Rusia. 16
In India, las medidas regulatorias de selección adoptadas en 2020 para las empresas de medios digitales, inclusive para los recopiladores de noticias, exigen que el personal extranjero que trabaja en el país—como empleados o consultores—obtenga acreditación de seguridad por parte del gobierno, la cual puede ser revocada “por cualquier motivo.” 17 En Australia, el Foreign Influence Transparency Scheme (Esquema de Transparencia de la Influencia Extranjera ) ha sido reconocido como una forma para detectar actividades de entidades extranjeras dentro del país, aunque también ha sido objeto de críticas porque carece de requisitos que obliguen a reportar gastos respaldados en el extranjero y contribuye a crear un ambiente de sospecha que afecta a los australianos de origen chino. 18
En muchos países, los marcos legales carecen de salvaguardas sólidas que protejan la libertad de prensa o tienen debilidades que dejan al ecosistema de los medios en una posición de vulnerabilidad frente a la influencia de campañas de estados autoritarios económicamente poderosos. Menos de la mitad de los 30 países evaluados cuentan con legislación que limita la propiedad cruzada de medios que podría, por ejemplo, evitar que los productores y distribuidores de contenido estén bajo el control de una misma entidad. Entretanto, en Senegal, Australia y Reino Unido la legislación defectuosa sobre difamación abrió el camino a demandas o amenazas legales contra periodistas, canales de comunicación y comentaristas cuyos trabajos abordaban el tema de la inversión o la influencia política de China. Igualmente, en los últimos años, en 11 países—incluidos Brasil, Panamá, Perú, Polonia e India—poderosos actores políticos y económicos también han entablado demandas civiles y penales por difamación con el fin de penalizar y disuadir el cubrimiento noticioso crítico no relacionado con China, lo que indica que los periodistas de tales países también podrían estar expuestos a la supresión de reportajes relacionados con los intereses del PCC. Solamente nueve de los 30 países tenían legislación anti-SLAPP (demandas estratégicas contra la participación pública) o jurisprudencia encaminada a proteger el trabajo de los periodistas.
En lugar de actuar para abordar estas vulnerabilidades y fortalecer la resiliencia democrática, a partir de 2019 los funcionarios del gobierno de 18 de los 30 países han incrementado sus propios ataques contra medios independientes, periodistas y la sociedad civil. Los canales de comunicación que funcionan en ambientes políticamente más hostiles o físicamente más peligrosos tienen menos capacidad para exponer o resistirse a las tácticas de influencia desplegadas por el PCC y sus representantes, especialmente si las élites políticas locales están a favor de vínculos estrechos con Pekín. En Ghana, Malasia, Mozambique, Senegal y Kuwait, los funcionarios locales utilizaron su propio peso político o regulaciones restrictivas para suprimir reportajes críticos o desvirtuar la vigilancia independiente relacionada con China. En Malasia y Filipinas, los mismos canales independientes de noticias que han publicado reportajes investigativos exponiendo campañas de desinformación ligadas a China han sido objeto de presiones políticas intensas y de acoso judicial debido al cubrimiento detractor de sus propios gobiernos.
Indudablemente, el mundo es cada vez más consciente de la amenaza que representan las tentativas de Pekín. Mientras algunos líderes políticos de 23 países—inclusive presidentes, primeros ministros, ministros de relaciones exteriores y miembros del congreso—han hecho eco de los puntos centrales del PCC en sus propios comentarios a los medios locales, otros representantes elegidos popularmente en más de la mitad de los países en estudio expresaron públicamente su preocupación por los aspectos encubiertos, coactivos o corruptores de las campañas de influencia del PCC, inclusive dentro de los sectores políticos, de medios y de información. Citaron a audiencias parlamentarias o interrogaron a los ministros del gobierno sobre temas como el impacto de la Belt and Road Initiative (Iniciativa de la Franja y la Ruta), 19 la influencia del gobierno chino sobre el sector académico, 20 la injerencia extranjera a través de redes sociales 21 y las respuestas oficiales a la persecución de musulmanes en Xinjiang. 22 En muchos casos, los legisladores tuvieron cuidado de marcar la diferencia entre el PCC y el pueblo chino.
No obstante, algunos políticos y figuras públicas utilizaron el pretexto de la influencia del PCC para arremeter indiscriminadamente contra objetivos vinculados con China, por ejemplo, imponiendo prohibiciones arbitrarias a aplicaciones populares de telefonía móvil—como ocurrió en India y se intentó en Estados Unidos. Un fenómeno más preocupante fue que los líderes políticos locales o importantes personalidades de los medios de 13 países aparentemente distorsionaban preocupaciones legítimas acerca de la influencia de Pekín de manera que avivaban el sentimiento xenófobo y anti-chino. Parece que esto contribuyó a los delitos de odio o las acusaciones sin fundamento de espionaje contra la diáspora china que se vivieron en ocho países.
Evaluación del impacto de la influencia de Pekín sobre los medios
Puesto que el PCC dedica miles de millones de dólares anuales a sus tentativas de propaganda y censura, es importante preguntarse qué tanto éxito ha tenido en diferentes partes del mundo y qué efecto podría tener en el futuro sobre la salud de la democracia global. Es significativo que los discursos y el contenido del estado chino no dominan el cubrimiento sobre China en la mayoría de los países. De hecho, los canales de comunicación del mundo siguen publicando diariamente noticias que el PCC preferiría acallar y en muchas democracias el público es muy escéptico de la obvia propaganda estatal china.
Aunque así sea, en muchos países los proyectos de Pekín para influir sobre los medios han logrado resultados en lo que se refiere a limitar reportajes y comentarios originales adversos a China mediante el dominio de los medios en idioma chino y sentando las bases para ejercer mayor manipulación. Por temor a las amenazas implícitas y explícitas de pérdida de publicidad, de menor acceso a China o a los diplomáticos chinos, a posibles represalias contra parientes que residen en China o a perjudicar las relaciones bilaterales, los periodistas y comentaristas de 16 países en estudio admitieron haber adoptado medidas de autocensura o ser más cuidadosos cuando publican temas que podrían enfurecer al gobierno chino.
Únicamente estos logros garantizan la capacidad del PCC de disminuir la transparencia y distorsionar las discusiones políticas sobre temas de vital importancia. Muchos gobiernos están tomando decisiones sobre acuerdos con el estado chino o con empresas arraigadas en China que podrían afectar a sus países durante los próximos años en términos de seguridad nacional, autonomía política, desarrollo económico, deuda pública, salud pública y deterioro ambiental. Estos acuerdos merecen un escrutinio, inclusive mediante un debate abierto sobre sus ventajas y desventajas, en lugar de negociaciones encubiertas y la vacua retórica del “gana-gana”. En lugares como Nigeria, Panamá y Filipinas, surgieron sospechas públicas y reacciones negativas cuando los medios desenmascararon los tratos corruptos de funcionarios locales ligados a China. No obstante, en parte por causa de las tentativas de incidencia de Pekín, se firman muchos acuerdos bilaterales en condiciones de opacidad y no de transparencia.
La supresión de reportajes independientes sobre temas relacionados con China, inclusive mediante represalias contra canales de comunicación que ya luchan por sobrevivir en una industria competitiva y financieramente inestable, también obstaculiza la comprensión sobre China misma, su partido de gobierno y la actividad de sus empresas a nivel global. Los consumidores de noticias y las empresas están menos capacitados para juzgar de manera informada la estabilidad política de sus socios comerciales, para responder a los desafíos sanitarios y ambientales mundiales en los cuales China desempeña un papel esencial o para tomar medidas de apoyo a la libertad y la justicia en favor del pueblo chino. Por el contrario, el comportamiento agresivo hacia los periodistas del mundo por parte de diplomáticos chinos, de empresas como Huawei y de troles proclives a Pekín publicados por internet, la realidad del autoritarismo de China atraviesa fronteras, al igual que el miedo a las represalias y la autocensura. Esto es especialmente palpable dentro de las comunidades chinas de expatriados o exiliados, aunque también cada vez es más evidente entre periodistas y comentaristas que no son de nacionalidad china.
Posiblemente el resultado más preocupante de la campaña global de influencia del PCC es hasta qué punto ayuda al régimen a evitar la rendición de cuentas por las evidentes violaciones del derecho internacional, como la persecución de pueblos minoritarios en Xinjiang, la demolición de los derechos políticos y libertades civiles en Hong Kong y otros actos de represión transnacional dirigidos a los disidentes de ultramar. El hecho de que un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU sea capaz de cometer atrocidades e ignorar impunemente los tratados internacionales, erosiona la integridad de la totalidad del sistema mundial de derechos humanos y alienta a otros regímenes a hacer lo mismo.
Obviamente, los efectos de la participación global de Pekín en el sector de los medios y la información no afectan a todos por igual. De hecho, no habría alcanzado su limitado éxito hasta la fecha de no ser porque aborda necesidades genuinas. La disponibilidad de tecnología móvil y servicios de televisión digital en China ha ampliado el acceso a la información y la comunicación de millones de personas, particularmente en África y el Sudeste Asiático. El suministro de equipos de transmisión o el consumo de aplicaciones móviles fáciles de usar como WeChat puede empoderar a los medios y comunidades locales de la diáspora, aunque también puede sesgar la competencia o facilitar la vigilancia y la censura. Cualquier iniciativa por parte de los gobiernos democráticos para contrarrestar los esfuerzos del PCC por influir en los medios debe tener en cuenta estas consideraciones.
Conclusión: Inversión creciente, rendimientos limitados
Desde hace por lo menos tres décadas, el PCC ha pretendido ampliar el alcance de su poderoso aparato de propaganda y censura fuera de las fronteras de China. Sus primeras tentativas de incidencia extranjera iban dirigidas a las comunidades chinohablantes después del brutal golpe recibido en 1989 por el régimen por causa del movimiento en pro de la democracia, cuyo llamado a la libertad recibió el apoyo de las poblaciones chinas de ultramar. No obstante, desde principios de los años 2000, por instrucción del más alto liderazgo, los funcionarios del PCC han invertido miles de millones de dólares en una campaña mucho más ambiciosa encaminada a moldear el contenido y la narrativa de los medios de todo el mundo y en varios idiomas. Desde 2019, esta misión ha adquirido más urgencia e importancia, a medida que las audiencias globales han venido demostrando su simpatía hacia los manifestantes pro democracia de Hong Kong y la etnia uigur detenida en Xinjiang, y simultáneamente culpan a los funcionarios chinos por eliminar información sobre el primer brote de la COVID-19.
Los últimos tres años han estado marcados por un incremento de los intentos del PCC por incidir en los medios y el surgimiento de nuevas tácticas, por un lado, y por el otro por un aparente decremento de la reputación global de Pekín y Xi Jinping, especialmente entre los que residen en democracias. De hecho, cuando actúan en democracias, los diplomáticos chinos, los canales estatales de comunicación y sus representantes encuentran serios obstáculos. Además de la resiliencia subyacente asociada a la protección democrática de la libertad de los medios, ha aumentado la consciencia pública sobre las actividades de Pekín y ha crecido el trabajo diligente por parte de gobiernos, periodistas investigativos y activistas de la sociedad civil en términos de detectar, sacar a la luz y resistir ciertas formas de influencia.
Las propias acciones del PCC suelen minar el discurso que éste pretende promover. Los abusos internos de los derechos humanos y las posturas agresivas en cuanto a la política extranjera socavan la historia positiva que los diplomáticos y medios estatales chinos han tratado de argumentar sobre un país interesado y responsable, y un modelo de gobernanza benigno, aunque autoritario. Los medios internacionales y locales han cubierto estos acontecimientos y en 23 de 30 países estudiados la imagen favorable de China o su gobierno ha disminuido dentro de la opinión pública.
Estos resultados ilustran la importancia de las respuestas a favor del respeto por los derechos ante las tentativas autoritarias de influir sobre los medios y del fortalecimiento de la resiliencia democrática subyacente. Al enfrentar el desafío del autoritarismo global, las democracias son más eficaces cuando defienden los valores y las instituciones que las distinguen de los regímenes autoritarios, lo que incluye la protección y el apoyo a los medios y sociedades civiles independientes. El éxito a largo plazo exige más acción—inclusive inversiones de capital financiero y humano, creatividad e innovación—encaminada a defender la independencia de los medios contra las presiones, tanto extranjeras como nacionales. No obstante, a pesar de los temores por la supuesta eficacia de los modelos autocráticos, los hallazgos del presente estudio ofrecen evidencia considerable en el sentido de que los componentes medulares de la democracia son capaces de aislar a las sociedades libres de la injerencia autoritaria de Pekín.
- 1 Sarah Cook, The Long Shadow of Chinese Censorship: How the Communist Party’s Media Restrictions Affect News Outlets around the World (Washington, DC: Center for International Media Assistance at the National Endowment for Democracy, October 2013), https://www.cima.ned.org/wp-content/uploads/2015/02/CIMA-China_Sarah%20…
- 2 Sarah Cook, Beijing’s Global Megaphone: The Expansion of Chinese Communist Party Media Influence Since 2017, Freedom House, January 2020, https://freedomhouse.org/report/special-report/2020/beijings-global-meg…
- 3 Further citations for information in this essay that was drawn from the study's individual country reports can be found separately in those reports, which are available on the Freedom House website: www.freedomhouse.org . “Indian Media Published Special Page on Celebrating the 72nd Anniversary of Founding of the People’s Republic of China,” Embassy of the People’s Republic of China in the Republic of India, October 1, 2021, http://in.china-embassy.gov.cn/eng/xwfw/xxfb/202110/t20211001_9571016.h… .
- 4 Lin Chia-nan, “China’s ‘Arab Times’ bullying condemned,’ Taipei Times, August 4, 2021, https://taipeitimes.com/News/front/archives/2021/08/04/2003761991
- 5 The company indeed removed the website, but after activists exposed the incident to international media, the firm backtracked, apologized, reinstated the site, and committed to reconsidering their screening process for future requests. “Israeli hosting firm Wix removes Hong Kong democracy website after police order,” Agence France Presse, June 5, 2021, https://www.timesofisrael.com/israeli-hosting-firm-wix-removes-hong-kon…
- 6 Yang, Fan, Luke Heemsbergen, and P. David Marshall. “Studying WeChat Official Accounts with Novel ‘Backend-in’ and ‘Traceback’ Methods: Walking through Platforms Back-to-Front and Past-to-Present.” Media International Australia 184, no. 1 (August 2022): 63–78. https://doi.org/10.1177/1329878X221088052 .
- 7 Many China-based companies with international operations have announced the establishment of PCC committees within their headquarters in China. Four of the five companies listed (Huawei, Tencent, Xiaomi, and StarTimes) have chief executives or founders who publicly affirm their party membership, previously worked in the party’s propaganda department, or served recently as deputies to the National People’s Congress, China’s rubber-stamp legislature. Many of them also owe their growth and sectoral dominance to support from the party, which leaves them more beholden to PCC directives. Elsa Kania, “Much ado about Huawei (part 2),” The Strategist, ASPI, March 28, 2018, https://www.aspistrategist.org.au/much-ado-huawei-part-2/ . [Tencent] “[Party Building] Tencent: When the ‘Penguin’ Wears the Party Emblem,” PCC Member Online [Chinese], April 2, 2018, https://news.12371.cn/2018/04/02/ARTI1522647889151198.shtml . Kathy Gao, “China’s largest smartphone maker Xiaomi sets up Communist Party committee,” South China Morning Post, June 29, 2015, https://www.scmp.com/news/china/policies-politics/article/1828191/china… . Yaqiu Wang, “Targeting TikTok’s privacy alone misses a larger issue: Chinese state control,” Quartz, January 24, 2020, https://qz.com/1788836/targeting-tiktoks-privacy-alone-misses-a-much-la… .“Who is Ren Zhengfei?” US-China Perception Monitor, accessed August 4, 2022, https://uscnpm.org/who-is-ren-zhengfei/ . Iris Deng and Xinmei Shen, “China’s ‘two sessions’: Tencent boss Pony Ma makes his mark in key Beijing political gala with new proposals,” South China Morning Post, March 4, 2021, https://www.scmp.com/tech/big-tech/article/3124037/chinas-two-sessions-… . “Two sessions: Ideas from tech entrepreneurs,” China Daily, accessed August 4, 2022, http://ex.chinadaily.com.cn/exchange/partners/45/rss/channel/www/column… . “Chapter 3: China’s Strategic Aims in Africa,” in the US China Security and Economic Commission’s 2020 Annual Report, https://www.uscc.gov/sites/default/files/2020-12/Chapter_1_Section_3--C… .
- 8 In Indonesia, a media investigation revealed that a ByteDance-owned app, the news aggregator BaBe, had used moderation policies that downplayed news critical of the Chinese government from 2018-2020. The company later changed the policies to be less restrictive. https://www.reuters.com/article/us-usa-tiktok-indonesia-exclusive/exclu… In Nigeria, the Opera News aggregator app—owned since 2016 by the PRC-based firm Beijing Kunlun—reportedly censored news stories about domestic issues, according to journalists whose posts were taken down https://s3-ap-southeast-2.amazonaws.com/ad-aspi/2020-09/TikTok%20and%20… Samuel Okike, “Opera News Hub accused of content censorship in Nigeria,” Techpoint, January 09, 2020, https://techpoint.africa/2020/01/09/opera-news-censorship/ . A Lithuanian government cybersecurity unit in late 2021 published the findings of an investigation which found a latent list of banned terms related to China, human rights, and democracy on Xiaomi phones sold outside China that was updated in August 2021, although not activated. “Cybersecurity assessment of 5G-enabled mobile devices sold in Lithuania,” MCSC, September 27, 2021, https://www.nksc.lt/doc/en/analysis/2021-09-27_Amendment-EN-full.pdf . Multiple respondents to a Freedom House survey of Chinese diaspora journalists and commentators in the United States who worked at or published content in outlets critical of the PCC—including Voice of America, Radio Free Asia, China Digital Times, and New Tang Dynasty TV—reported experiences having posts deleted, accounts shut down, or being expelled from a group on WeChat after posting politically sensitive views or information. Separately, six plaintiffs and a Chinese prodemocracy civic group filed a lawsuit in 2021 against Tencent in California after experiencing various forms of politicized censorship on WeChat while residing in the United States. https://www.washingtonpost.com/context/citizen-power-initiatives-for-ch… https://www.dw.com/en/tiktok-censoring-lgbtq-nazi-terms-in-germany-repo…
- 9 Shuki Tausig, “Kan Sin” [Kan China], Seventh Eye, March 16, 2020, https://www . the7eye.org.il/365323/.
- 10 “The Hong Kong infowar in Malaysia,” Malaysiakini, August 11, 2021, https://pages.malaysiakini.com/hk-misinfo/en/ .
- 11 Gabriele Carrer, “Beijing Speaking. How the Italian public broadcasting TV fell in love with China,” Formiche, August 4, 2020, https://formiche.net/2020/04/beijing-speaking-how-italian-public-broadc… .
- 12 The Media Council, “Who authored KBC’s China story?”, Media Observer Newsletter Vol. 05, Issue11, November 26, 2019. https://mediaobserver.co.ke/index.php/2019/11/25/who-authored-kbcs-chin… .
- 13 Rowan Philip, “Insider Access to Chinese Vaccines: A Case Study in Pandemic Corruption in Peru,” Global Investigative Journalism Network, August 4, 2021, https://gijn.org/2021/08/04/insider-access-to-chinese-vaccines-a-case-s… .
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- 16 Maciej Witucki, “Experts React: How Far Will Poland Push Away Its friends?” New Atlanticist (blog), Atlantic Council, August 12, 2021, https://www.atlanticcouncil.org/blogs/new-atlanticist/experts-react-how… . Anna Wlodarczak-semczuk and Pawel Florkiewicz, “Polish President Vetoes Media Bill, US Welcomes Move,” Reuters, December 27, 2021, https://www.reuters.com/business/media-telecom/polish-president-says-he… .
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- 18 Tarun Krishnakumar, “FITS and starts,” Lowy Institute, September 3, 2020, https://www.lowyinstitute.org/the-interpreter/fits-and-starts . Kirsty Needham, “Australia’s foreign interference laws fueled suspicion of Chinese community—report,” November 2, 2021, https://www.reuters.com/world/australias-foreign-interference-laws-fuel… .
- 19 Lok Sabha, “Parliamentary Question No. 849, One Belt One Road Initiative,” Ministry of External Affairs, Government of India, June 26, 2019, https://mea.gov.in/lok-sabha.htm?dtl/31484/QUESTION+NO849+ONE+BELT+AND+… .
- 20 Sénat [Senate], “Influences Étatiques Extra-Européennes” [Extra-European state influence], October 19, 2021, http:// www.senat.fr/espace_presse/actualites/202109/influences_etatiques_extra… .
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- 22 Farhan Al-Shammari, "رداً على سؤال برلماني لهايف صباح الخالد: الصين تعامل مُسلمي الإيغور كبقية مواطنيها” [In response to a parliamentary question for Hayve Sabah Al-Khaled: China treats Uyghur Muslims like the rest of its citizens], Al Rai, November 7, 2019, https://www.alraimedia.com/article/867580/محليات/صباح-الخالد-الصين-تعام…